El bloqueo del Mar Rojo ha comenzado a notarse en varias empresas españolas dedicadas al comercio y pronto empezará a ser percibido por el cliente final. En este contexto, El Periódico ha difundido declaraciones en las que diferentes expertos aseguran que lo que está pasando en el océano Índico podría derivar en el caos. Las replicaremos a continuación junto a un análisis sobre lo que está pasando en el mar entre África y Asia.
“Los sectores que podrían estar más afectados han trabajado mucho en tener planes de contingencia para responder a este tipo de problemas”, alertan desde el sector de la distribución.
Por otra parte, desde la industria del automóvil exponen: “La industria ha aprendido de las situaciones anteriores (como la pandemia, el buque varado en el Canal Suez y la guerra en Ucrania)”. “Ha habido una serie de episodios críticos que han hecho que las empresas estén más preparadas: ahora tienen estocs de seguridad mayores”, remarca un experto en transporte.
El bloqueo del Mar Rojo retrasa la entrega de mercancías
No es un secreto que el bloqueo del Mar Rojo está teniendo consecuencias en la llegada de mercancías. Por ejemplo, los paquetes que vienen de Asia tardan 21 días en lugar de 5.
Sumado a esto, el precio que se paga por los mismos productos es mucho mayor. Si el conflicto se alarga mucho más en el tiempo, las compañías se verán obligadas a subir los precios. Aunque no hay una preocupación excesiva respecto a este asunto, se está empezando a vislumbrar los alcances que esto puede acarrear.
El problema inició a finales de 2023. El movimiento hutí de Yemen atacó y secuestró buques (vinculados a Israel) en el Mar Rojo. En primera instancia, podría pensarse que este conflicto “no tiene nada que ver” con España, pero no es así: esta crisis amenaza nuestro país con severas consecuencias.
Esta zona geográfica es una de las rutas clave para el comercio internacional. Concretamente, según los análisis financieros de Nomura, acapara el 40% del comercio entre Asia y Europa. El bloqueo obligó a la mayoría de las navieras a optar, de forma preventiva, por rutas alternativas.
“Para llegar a Europa, ahora utilizan una ruta más larga, que es bajar hasta Sudáfrica y subir bordeando África hasta la Península Ibérica, y esto ha trastocado mucho los planes de todas las empresas en cuanto a cadena de suministros, porque antes las mercancías llegaban en un tiempo, y ahora hay demoras”, describe Javier Jaso, responsable de transporte de la asociación de fabricantes y distribuidores de productos de gran consumo Aecoc.
El bloqueo del Mar Rojo obliga a tomar medidas
“Esto tiene un impacto económico destacado, porque es una ruta más larga, implica más consumo de combustible, más inseguridad… Por lo tanto, ha habido una subida exponencial del precio de los fletes marítimos”, acota el especialista.
Jaso alza la voz de alarma hablando de un encarecimiento del 60% en las últimas tres semanas. Ante un escenario poco prometedor, las compañías han decidido aumentar el volumen de sus pedidos. El miedo a quedarse sin abastecimiento se hace cada vez más real y prefieren estar preparadas.
El portavoz de Aecoc, y otras fuentes consultadas por el medio ya nombrado, las empresas están optando por asumir el coste sin trasladarlo todavía al precio final.
Sin embargo, esta situación no es sostenible en el tiempo. “Todo dependerá de cuánto tiempo tarde esta situación en resolverse: si se mantiene durante mucho tiempo, es posible que parte de este gasto extra que están asumiendo las empresas para garantizar el suministro, se pueda repercutir en el cliente final”, explica Jaso.
ANGED (Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución) manifiesta su temor de que estas circunstancias se prolonguen y el impacto derive en una profunda crisis. Por ahora, Nomura habla de “riesgos al alza para la inflación” a medio plazo, de una o dos décimas en Europa, padeciéndose en septiembre.
En un clima crispado por el miedo y la incertidumbre, solo el tiempo podrá determinar si el bloqueo del Mar Rojo termina con la industria tal y como la conocíamos.