La Unión Europea lleva un tiempo mirado de reojo el uso del efectivo para las transacciones comunes, y también para las operaciones más grandes. Como resultado, ya tenemos la primera medida sorpresa: las monedas están a punto de desaparecer, como ha anunciado el Banco de España y como sucederá dentro de poco con los billetes de euro.
La Regulación de la Moneda Metálica, una novedad inesperada
La Ley de Regulación de la Moneda Metálica, en vigor desde el 11 de julio de este año, representa un paso importante en la normativa relacionada con el efectivo. Esta ley es un indicio de la intención comunitaria de eliminar gradualmente el dinero en efectivo y promover el uso del dinero electrónico.
El Banco de España ha iniciado un proceso de autenticación para evaluar la calidad y autenticidad de las monedas en circulación, asegurando que sean legibles y cumplan con los requisitos mínimos. La propuesta parte del Banco Central Europeo, que es quien coordina en realidad la política monetaria.
Durante las últimas semanas, han sido varias las noticias que han saltado con esta novedad que ya asumíamos al hablar de las tarjetas de crédito recientemente. De hecho, fue el BOE el primer lugar en el que se publicó, lo que demuestra que forma parte de una sólida iniciativa del Gobierno. De cualquier manera, todo queda en manos de las organizaciones que más transacciones hacen. ¿Qué significa esto?
Simplemente, quiere decir que, en virtud de esta ley, todas las entidades financieras están obligadas a remitir sus metales al Banco de España para su validación, lo que llevará un tiempo razonablemente largo. Aquellas que se determinen como falsas o que no cumplan con los estándares mínimos, serán retiradas de la circulación y destruidas.
¿Qué monedas saldrán de la circulación?
En primer lugar, las monedas con errores serán retiradas y destruidas por el Banco de España y liquidadas al Estado de manera automática para compensar la pérdida de capital. Estos errores pueden variar, pero suelen incluir irregularidades en el diseño, como imágenes desalineadas o problemas en la acuñación.
Las que presenten rayones excesivamente gruesos también serán eliminadas de la circulación. Estos daños pueden afectar la legibilidad y autenticidad de la moneda. Por su parte, las que estén aplastadas o que tengan el canto liso en lugar de ser rugoso serán consideradas no aptas y serán retiradas. Más allá, las que estén gravemente manchadas, lo que podría afectar su reconocimiento y valor, serán igualmente destruidas.
Estas son todavía más frecuentes por el óxido que provoca el contacto del efectivo con el agua y la humedad. ¿Nunca has visto una que está casi verde? Pues esa es a la que nos referimos, pero también a las que poseen un aspecto marrón oscuro o casi negro.
¿Cuándo tendrás que deshacerte de ellas?
Por el momento, no es necesario que te preocupes por revisar tus monedas (no va a suceder como hace poco con las pesetas) ya que la tarea de evaluación de las defectuosas recae en las entidades financieras. Si en algún momento te encuentras con una moneda en muy mal estado, lo más recomendable es llevarla a tu banco para que procedan a su destrucción.
Nuestro consejo es que no intentes utilizar las que están en mal estado, ya que los comercios y bancos pueden negarse a aceptarlas si dudan de su autenticidad o valor. Es importante recordar que tampoco sería conveniente que aceptaras monedas en condiciones similares, independientemente de quién te las proporcione como cambio.
Estos son los motivos que justifican la destrucción de miles de monedas en nuestro país y también en el resto de la Unión Europea. El propósito es garantizar mayor seguridad en el uso del dinero. Quedamos a la espera de cualquier plazo que debas conocer, aunque recuerda que, de momento, no es tu responsabilidad.