El Gobierno está avanzando en la transición ecológica, en el marco de los ambiciosos objetivos que se ha marcado frente a la Unión Europea. Los vuelos nacionales parecen ser los siguientes en caer, con una medida inédita que en otros países están mirando de reojo. Descubre cuál es el plan que tienen y tampoco te pierdas la última decisión de Hacienda con los propietarios de las casas: hasta 100 000 euros de multa.
Los vuelos nacionales, a punto de desaparecer por esta medida
El Gobierno de España ha anunciado recientemente su intención de prohibir los vuelos domésticos en la península con alternativas ferroviarias de menos de 2 horas y media. Esta medida se enmarca dentro del Plan de Acción de la Agenda del Cambio Climático, que busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La prohibición de estos vuelos cortos busca fomentar modos de transporte más sostenibles como el tren, reduciendo así la huella de carbono del transporte aéreo nacional. El Ejecutivo considera que en distancias inferiores a 500-600 km, el avión es menos eficiente y competitivo que otros medios como el AVE.
Con esta medida, España se suma a otros países como Francia, que ya aplicó la prohibición de vuelos nacionales de corto radio con alternativa ferroviaria inferior a 2 horas y media. Esta propuesta ha generado polémica entre las aerolíneas y tensiones dentro de la propia coalición de Gobierno.
El objetivo de esta medida, más ambicioso de lo que parece: esto es lo que podríamos lograr
Los vuelos nacionales tienen un gran impacto negativo en el medio ambiente debido a sus altas emisiones de CO2. Se estima que los vuelos de menos de 500 km son los que producen mayor cantidad de emisiones de dióxido de carbono por pasajero.
Esto se debe a que los vuelos cortos requieren mayor consumo de combustible durante el despegue y aterrizaje, las partes más contaminantes del vuelo. Además, debido a la corta distancia no pueden alcanzar la altitud de crucero más eficiente en consumo.
Por ejemplo, un vuelo de Madrid a Barcelona de 420 km genera 110 kg de CO2 por pasajero, mientras que en el mismo trayecto el tren emite solo 10 kg. Los vuelos nacionales suponen un 4 % del tráfico aéreo pero representan un 40 % de las emisiones españolas del sector.
Reducir los vuelos cortos tendría por tanto un impacto positivo en la reducción de gases de efecto invernadero y ayudaría a cumplir con objetivos climáticos. España se ha comprometido a reducir un 23 % las emisiones del sector para 2030, como desveló el Ministerio para la Trasición Ecológica.
Estas son las líneas afectadas (y las que están generando más polémica)
Se estima que esta prohibición afectará a unos 40 vuelos diarios, lo que representa el 20 % del tráfico aéreo nacional. Las rutas entre islas, como Málaga-Gran Canaria o Gran Canaria-Tenerife, son las que más controversia están generando, ya que no tienen alternativa ferroviaria viable.
De cualquier modo, la intención del Gobierno es mantener todas aquellas que no puedan ser reemplazadas por el transporte por carretera. Es decir, que los puentes aéreos con Baleares, Canarias y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla seguirían intactos, como es obvio.
Esta excepción no solo estaría vinculada a la poca movilidad que existe desde y hacie estas comunidades, sino también a motivos turísticos. Las más afectadas serían las que parten desde o van hacia Madrid, Barcelona y todas las de Andalucía, así como las del norte de la península.
Como ves, los vuelos nacionales están a punto de desaparecer para siempre, y dentro de poco tendremos que movernos en tren o en alternativas menos contaminantes. Todo sea por cumplir con los objetivos climáticos de la Unión Europea, que acaba de amenazar a España con la peor de las noticias. El Gobierno está preocupado ante el fantasma de los recortes, que podrían regresar si sucediera esto que nadie desea.