El coche eléctrico ya es visto como el automóvil del futuro. Cada vez son más las personas que toman en consideración esta opción de transporte para contribuir a un entorno sostenible. Sin embargo, los conductores de los coches eléctricos se ven con varios inconvenientes vinculados a la carga eléctrica y su precio. Cuando desean hacer una parada para repostar, se encuentran con varios desafíos.
Quien maneja el vehículo debe verificar si tiene instalada la aplicación que inicia la carga, saber si cuenta con una tarjeta bancaria asociada y si es el formato es el de su coche. A estos problemas se le suman otros como las diferencias de precios en la carga eléctrica. En ocasiones, los conductores se encuentran con situaciones que no pueden comprender y algunos expertos incluso han tachado de absurdas. Solucionar la problemática de los coches eléctricos es urgente, ya que está retrasando su adquisición y avance hacia una forma de movilidad más sostenible.
Francia presenta problemas con el precio de la carga eléctrica
Francia es un ejemplo de los problemas que está generando la carga eléctrica en la industria. Es un país que está más avanzado que España en cuanto a despliegue de puntos de recarga se refiere. Esto hace que también sea allí donde se estén experimentando los retos de los coches eléctricos antes que en el ámbito nacional.
La organización de consumidores de Francia, UFC-Que Choisir, ha hecho un estudio que ha revelado unos resultados preocupantes. Se ha comprobado que hay muchas dificultades para encontrar un lugar donde cargar los automóviles, sumándose a otras como que alrededor del 39% de las estaciones en marcha no funcionan correctamente o directamente están apagadas. Respecto a los precios, el estudio revela fuertes inconsistencias.
Quienes tienen un coche eléctrico a menudo deben investigar para encontrar un buen precio, ya que hay diferencias abismales, dificultando llegar a una comparación y elección efectiva. Algunos operadores cobran en función de la cantidad de electricidad consumida (kWh) y otros agregan una tarifa fija o aplican tarifas de estacionamiento. Esta complejidad lleva a la asociación “a vivir aberraciones de precio”.
Los precios desorbitados que encuentra Francia en la carga eléctrica
UFC-Que Choisir ha visto que hay tarifas que oscilan entre 0,39 y 2,12 euros el kWh, suponiendo una increíble diferencia de precio de hasta el 830%. La asociación ha hecho una prueba que demuestra que el precio de recargar un Peugeot e-208 en Lyon en una toma pública puede cambiar de 7,35 a 68,77 euros dependiendo del operador elegido. Esto es casi 10 veces más caro que recargar en el domicilio habitual.
¿Hay solución para el precio de la carga eléctrica?
La organización ha divulgado varias soluciones para tratar de mejorar la situación. Primero, la asociación pide un marco obligatorio para el despliegue de estaciones de carga accesibles al público en todo el país, tanto para quienes necesitan movilizarse diariamente como para los usuarios que recorren largas distancias.
Destaca la necesidad de una visualización obligatoria, organizada y accesible a los precios de carga en todas las terminales públicas. Con esto se conseguiría que el cliente no tenga que buscar en la aplicación o en la web para saber cuánto le va a costar la carga eléctrica.
Finalmente, la asociación solicita que sea de carácter obligatorio la instalación de terminales de pago con tarjeta bancaria. Una medida efectiva para que los usuarios no dependan de apps, tarjetas o llaveros. Se facilita así el uso dentro de un marco más elevado de usuarios.
En definitiva, los coches eléctricos todavía no son una opción tan viable como los diésel, pero cada día se está más cerca de conseguir mejoras.