Los coches eléctricos ganan terreno en el mundo automotriz a pasos agigantados. Sin embargo, Japón parece estar resistiéndose a los encantos de este tipo de automóvil. Mientras Estados Unidos, China y Europa arrasan con la venta de vehículos eléctricos, Japón se está tomando las cosas con calma en este aspecto. El súper evento Salón de Tokio de 2023 ha distado mucho de lo que podríamos encontrar en eventos de automoción de los países ya nombrados. En sus propuestas se ha visto una clara resistencia a los cambios que está experimentando el resto de la industria.
En los espacios de las firmas de Japón se vio el Mazda Iconic SP, un prototipo eléctrico y deportivo. No obstante, no es un coche eléctrico al uso. Lo más destacado fue el lugar que ocupaba Nissan, que hizo una reinterpretación del GT-R, “al que nutrirá de baterías cuando tengas listos sus acumuladores de estado sólido”, informa “Xataka”. También estuvieron presentes Honda y Toyota. Este último, siendo líder mundial en la producción de automóviles, prefiere ir sin prisa.
¿Por qué Japón no se rinde ante los coches eléctricos?
En Europa la mayoría de las marcas están poniéndose las pilas para fabricar coches eléctricos, pero en Japón el perfil sigue siendo bajo. A pesar de que sí hay planes de electrificar con el paso del tiempo, sus dirigentes continúan advirtiendo que no están convencidos del todo de imponer los coches eléctricos como una alternativa a los vehículos de combustión.
Toyota es un claro ejemplo de lo que sucede en Japón. La empresa es la compañía que más produce y vende en el mundo, pero todavía está reacia a hacer grandes cambios en su oferta, cuando sus coches híbridos están teniendo un estupendo rendimiento.
En lo que respecta a los resultados de los coches eléctricos de Japón, sus resultados no han sido muy alentadores. El Toyota bZ4X fue un desastre, con graves problemas en la fabricación y crueles críticas por su autonomía. Al Nissan Ariya no le fue mucho mejor durante su producción. La versión Honda fue demasiado cara para un automóvil deportivo.
La industria automotriz japonesa siempre ha tenido como rasgo distintivo su buen rendimiento y fiabilidad. Son los reyes, pero ahora se encuentran ante al gran dilema de seguir haciendo lo mismo o innovarse.
La mayoría está optando por la producción de los coches eléctricos y el hecho de que se resistan puede ser el fin de su reinado, aunque todavía es pronto para acuñarlo.
Además, la venta del coche eléctrico no es algo nuevo, lleva años ganando terreno de manera silenciosa. Es ahora cuando las ventas de los coches eléctricos están creciendo de manera rápida y sin pausa. Los europeos ya se están poniendo las pilas para acelerar sus procesos y seguir activos en el mercado para no ser adelantados por Tesla y las marcas chinas, pero parece que Japón no se deja amedrentar tan fácilmente.
Sin prisa, pero sin pausa: la estrategia automotriz de Japón
Esto no quiere decir que Japón vaya a quedar en olvido, pero sí que su tónica es de dar pasos cortos, pero conservadores, poniendo por encima la calidad antes que la innovación. Un plan que no llega a ser malo del todo, ya que sus clientes tienen un perfil que apuesta por la calidad antes que cualquier otra cosa.
Sin embargo, el problema que tiene por delante es que China está apostando fuerte por los coches eléctricos, lo mismo que Estados Unidos y Europa. Encima sus precios son cada vez son más asequibles, dejando casi fuera de juego a Japón.
Tesla está ganando mucho terreno, demostrando que puede hacer buenos coches en tiempo récord. La industria japonesa se enfrenta a la gran pregunta: ¿podrá con su competencia?
Por ahora, debe seguir generando ingresos con lo que tiene, motores de combustión e híbridos actuales, mientras aguanta el auge de sus rivales e invierte en nuevos productos. El duelo es feroz y, si no se da prisa, corre el riesgo de que cuando saque coches eléctricos a la altura de su competencia hoy, sus rivales ya estén jugando en otra liga.
Solo el tiempo dirá qué pasará con la industria automotriz de Japón. Por ahora, aquellos que desean comprar coches eléctricos deben optar por otras opciones.