Son muchas las multas de tráfico que te pueden llegar por haber cometido alguna infracción, las más habituales por superar la velocidad permitida o saltarse un semáforo, pero lo cierto es que son muchas más y la gente desconoce la mayoría. Te contamos cuál es el misterio del icing y la multa que la DGT te va a poner si lo haces, así que ten mucho cuidado si no quieres que te penalicen por ello… ¡toma nota!.
¿Cuáles son las mayores multas de la DGT?
La Dirección General de Tráfico (DGT) tiene establecidas una serie de multas para cualquier conductor que cometa las infracciones a las que están asociadas, que pueden ser desde leves a graves según lo establecido en cada caso.
Las mayores multas son las que se asocian a las infracciones consideradas ‘muy graves’, por ejemplo circular a 101 km/h en calles limitadas a 50 km/h, o superar los 171 km/h si la vía tiene su velocidad máxima fijada en 90. Cuando la velocidad máxima de la vía es 120 km/h, se considerará que la infracción es muy grave si se superan los 191 km/h.
¿Qué es el efecto icing?
El ya conocido como ‘efecto icing‘ se ha convertido en una importante preocupación para la DGT debido al aumento de vehículos eléctricos que hay actualmente en las calles españolas, un término creado en Estados Unidos y que refleja la tendencia de que un conductor de un vehículo tradicional (de combustión interna) estacione en lugares que están exclusivamente designados para que los vehículos eléctricos puedan recargar sus baterías.
Lamentablemente, este comportamiento se ve cada vez más en España, por lo que la DGT ha comenzado ya a implementar sanciones para cortar por lo sano y evitar que se convierta también en algo que los conductores tradicionales hacen. De hecho, se considera que esta práctica es disruptiva, ya que además de infringir las normas locales también obstaculizan la evolución del parque automovilístico hacia una movilidad más sostenible, la cual debe crecer más y más cada día.
A medida que crece el número de vehículos eléctricos en España, crece también el número de plazas de carga/aparcamiento, espacios exclusivos para este tipo de vehículos y que muchos aprovechan para dejar vehículos de combustión sin importar que esté totalmente prohibido para ellos ocupar esa plaza. El efecto icing crece a pasos agigantados en nuestro país y la DGT no está dispuesta a que vaya a más, por lo que se ha puesto manos a la obra junto a las autoridades municipales para definir las regulaciones y multas en caso de que se detecte esta infracción.
Las sanciones que se plantean pueden variar dependiendo de la ciudad en la que se cometa la infracción, pero oscilan entre 100 y 200 euros, por el momento sin ir acompañada esa multa económica de la pérdida de puntos del carnet, algo que podría incluirse en el futuro si el problema del icing sigue creciendo. Además de las multas, la DGT trabaja también en varias campañas de concienciación para educar a los conductores sobre la importancia de respetar los espacios destinados a otros vehículos que no son los que ellos conducen.
La implementación de políticas más estrictas y la educación de los conductores son pasos necesarios para terminar con esta tendencia que va camino de convertirse en una mala costumbre si no se le pone freno. El efecto icing es un claro ejemplo de cómo las innovaciones y avances tecnológicos en el transporte deben acompañarse de cambios en la cultura y las prácticas de conducción, ya que sólo a través de una combinación de educación, respeto y regulación efectiva se podrá asegurar que la transición hacia la movilidad sostenible sea exitosa y beneficiosa para todos.