Hay ocasiones en la vida en las que nos quedamos verdaderamente alucinados, y esta es una de ellas. Todos hemos ido a comprar alguna vez a una reconocida cadena sueca de muebles (sobre todo, para buscar este producto que ya se está agotando). Pero nunca nos habíamos imaginado que el fundador de IKEA podría esconder esta oscura historia detrás. Lo han descubierto y ahora nadie va a parar de hablar de ello durante un tiempo.
Ingvar Kamprad, el exótico fundador de IKEA
¿Te has preguntado alguna vez cómo un chico común y corriente de Älmhult se convirtió en uno de los emprendedores más exitosos del mundo? Sin duda, el ingenio y la perseverancia, cualidades típicas de las personas de Småland, son parte de la respuesta.
Pero ¿qué pasaría si hubiera una faceta inesperada en su trayectoria antes de IKEA? Eso es precisamente lo que te vamos a revelar hoy. Resulta que una de sus excentricidades era su tendencia a acumular dinero, incluso si eso significaba sacrificar su salud y bienestar.
Hay quienes afirman que llegó al extremo de consumir alimentos en mal estado, pero ¿hay verdad detrás de estas afirmaciones? Vamos a profundizar y descubrir la realidad de este aspecto sorprendente de su vida.
¿Cómo de tacaño era el fundador de IKEA?
Recientemente, un periódico sueco reveló su conexión con el nazismo durante su adolescencia, lo que lo llevó a disculparse y a considerarlo como el mayor error de su vida. Este sorprendente inicio es solo un indicio de lo que está por venir en esta historia reveladora a la que en pleno siglo XXI se unió un nuevo protagonista… o antagonista.
A pesar de su éxito, este empresario optaba por hospedarse en hoteles modestos y viajar siempre en clase turista. Prefería desplazarse en transporte público o en su fiel Volvo 240 del 93. ¿Te imaginas hacerlo hoy en día y entrar en una zona de bajas emisiones? Obviamente, no lo podrás hacer, y menos con esta legislación que se ha aprobado.
Incluso llevaba consigo sus propios sobres de sal, pimienta y azúcar cuando salía a cenar, y solía aprovechar sus viajes a países en vías de desarrollo para cortarse el pelo, afirmando que en los Países Bajos, donde trasladó la sede de su empresa, un corte de cabello costaba más de 20 euros, nada comparado con lo que factura hoy IKEA.
De hecho, llegó a admitir que no llevaba ropa nueva, sino que todo lo que vestía había sido adquirido en un mercadillo. Esta revelación la hizo mientras lucía un desgastado gorro, unos guantes algo desgastados y unos zapatos que parecían haber resistido el paso del tiempo.
Otros hábitos que han sorprendido a medio mundo
Más allá de todo lo que hemos visto, se ha conocido que insistía en que sus empleados utilizaran ambos lados del papel, y presionaba a sus diseñadores para que ahorren centavos reduciendo las dimensiones de los muebles en milímetros.
Ingvar Kamprad se ganó la reputación de ser un ahorrador compulsivo, una característica que había sido confirmada en bastantes ocasiones por psicólogos después de analizar sus comportamientos, los cuales, por supuesto, resultaban bastante desconcertantes.
Esto es lo que hacía en su compañía cuando la lideraba, pero está claro que no se mantiene hoy en día. Hace años que falleció y dejó un legado en la empresa, en todos los sentidos menos en el ahorro extremo. Eso lo hemos comprobado y no nos extraña.
¿Qué opinas del estilo de vida que tenía el fundador de IKEA? Lo cierto es que nosotros nos quedamos en shock cuando lo supimos, nunca nos imaginamos que esta pudiera ser la clave de su éxito económico. Si te has quedado con la misma sensación que nosotros, ahí va otra: hemos descubierto qué desayuna Juan Roig cada mañana (y también va a traer bastante de lo que hablar).