El coche eléctrico invita cada vez menos al optimismo. ¿Te acuerdas cuando pensábamos que iban a volar y, por supuesto, a convertir nuestras carreteras en utópicas vías renovables? El otro día vimos cómo Francia le cortaba el grifo a las ayudas por este motivo, pero todo apunta a que la situación es más grave. Han descubierto un nuevo problema que no está en las baterías, sino en los conductores.
España baja de la sexta marcha y baja a primera con el coche eléctrico: no vamos bien
A pesar del crecimiento constante de la presencia de coches eléctricos en las carreteras españolas, las cifras sugieren que estamos lejos de cumplir con los ambiciosos objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Las matriculaciones eléctricas aumentaron al 5 %, una cifra pésima si la comparamos.
En cualquier caso, se necesitaría un impulso significativo para alcanzar los más de cinco millones de vehículos eléctricos circulando en 2030, según el centro de formación MINT. Recordarás que esa fue la promesa que el Gobierno le hizo a la Comisión Europea y de la que dependen parte de las subvenciones.
Incluso con los híbridos enchufables, el mercado español queda rezagado en comparación con otros países europeos. La situación plantea dudas sobre la capacidad para liderar la transición hacia la movilidad eléctrica, algo que España lleva tiempo intentando, aunque ya sabemos cuál es el coche favorito por quinto año seguido.
Un nuevo problema del coche eléctrico: sus conductores hacen esto, y es grave
La Dirección General de Tráfico (DGT), mediante los datos de la inspección técnica (ITV), revela una tendencia inesperada en los conductores de coches eléctricos. Contrario a la creencia común de que estos vehículos recorren menos distancias, resulta que el coche eléctrico acumula en promedio 20 460 kilómetros.
En este sentido, supera a las versiones de diésel y gasolina, con independencia del modelo o de la provincia (el estudio no publicó datos de este tipo). Este descubrimiento, aunque interesante para compradores de segunda mano, pone de manifiesto una realidad inesperada sobre los hábitos de conducción de los propietarios.
La preferencia por este tipo de vehículos en turismos, motocicletas y ciclomotores sugiere un cambio en la percepción, pero también plantea serias cuestiones sobre las implicaciones medioambientales. ¿Por qué cogemos el vehículo eléctrico para hacer más kilómetros’ ¿Falsa sensación de ahorro?
¿Qué consecuencias tiene esta conducta al circular con un coche eléctrico?
La proliferación de coches eléctricos implica la necesidad de una infraestructura de carga adecuada. La falta de estaciones de carga puede traducirse en congestiones y colas, especialmente en áreas con alta concentración de vehículos eléctricos. Sin embargo, la escasez de estaciones se atribuye a la baja adopción de estos vehículos.
Un estudio alemán agrega una nueva capa a la problemática, señalando que el coche eléctrico debe recorrer 90 000 kilómetros para compensar su huella ecológica inicial. La producción de estos vehículos, con un alto consumo de energía y emisiones asociadas, plantea interrogantes sobre su impacto ambiental total.
Incluso si generan menos emisiones, el hecho de que estén circulando con mayores distancias supone un contratiempo que no esperábamos. ¿Qué haremos entonces? ¿Limitar el tiempo que se usan al día o la extensión de los trayectos? En Alemania se llegó a deslizar en el Parlamento, pero quedó como un simple anécdota.
Esto es lo que sucede cuando se apuesta todo al coche eléctrico sin mirar para otro lado. Lógicamente, nunca estaremos en contra del progreso, y esta alternativa renovable nos resulta igual de importante que a ti. Sin embargo, es cierto que la sociedad se ha visto obligada a buscar nuevas opciones que vayan más allá. De hecho, este mes tuvieron que recurrir a las vacas para inventar algo impactante.