Una nueva polémica aparece en escena y atrasa las pensiones. Los jubilados son los principales afectados. Tras del retiro de miles de pensiones, el Ministerio de Seguridad Social vuelve a aparecer en la mira debido a su última negociación. Los trabajadores dedicados a su labor sueñan con el día en que puedan descansar y recibir un importe mensual que les permita mantenerse.
Cada mes ven cómo parte de su nómina se destina para su futuro. No obstante, el importe que recibirán y el momento en que comenzarán a verlo reflejado en su cuenta bancaria no depende únicamente de su esfuerzo, sino también de las leyes que rijan en el momento de su jubilación.
En estos momentos, se está estudiando uno de los puntos más delicados de la actual mesa de negociación. Esto podría ocasionar que pronto veamos cambios en el sistema de pensiones.
Las pensiones podrían cambiar con el último planteamiento del Gobierno
El equipo de las pensiones reformará las modalidades de jubilación en las que es compatible el cobro de una pensión pública junto con el salario o la actividad en el caso de los trabajadores que realizan una actividad por cuenta propia. Su propósito es favorecer la salida paulatina del mercado laboral de las personas que quieran alargar su carrera profesional.
No obstante, la propuesta de Elma Saiz, ministra del ramo, no termina de convencer del todo a los agentes sociales. Extiende al menos cinco años el periodo en el que el contribuyente debe estirar la jubilación activa para poder obtener la totalidad de la pensión junto al salario.
El Economista tuvo acceso al borrador y ha informado que se fijan sus esfuerzos en ampliar el régimen de compatibilidad de la pensión con el trabajo a partir de la edad ordinaria de jubilación.
Requisitos para cobrar pensión y salario
La modalidad que permite compatibilizar el cobro de la pensión con cualquier trabajo (por cuenta ajena o propia a tiempo parcial o completo) es la jubilación activa. Bajo estas circunstancias, la propuesta del Gobierno es suavizar las condiciones para acceder a ella, por lo que ya no sería necesario acreditar la carrera de cotización completa de mínimo 38 años cotizados para acceder a esta modalidad a los 65 años.
Asimismo, el ministerio habla sobre un complemento de bonificaciones por demorar la jubilación por, al menos, un año: la bonificación de un porcentaje extra que mejora la pensión pública, el pago a tanto alzado o una combinación de estas dos alternativas.
Tras saberse las dos exigencias que suaviza la propuesta del gobierno, se ha destapado un punto que no ha sentado bien en los sindicatos: el porcentaje de pensión compatible con la actividad o salario. La vía legal permite (hoy) una compatibilidad del 50% de la pensión por norma general junto a los ingresos por cuenta propia o ajena, a tiempo parcial o completo.
Un importe que cambiaría de aplicarse la nueva norma, que contempla un recorte los dos primeros años. Exigen permanecer cinco años en jubilación activa para poder cobrar toda la pensión compatible con el salario. Concretamente, tras un año se puede acceder a una compatibilidad del 30% de la pensión junto al salario, que pasa a ser del 40% el segundo año.
No se llega al 50% (que es la normativa actual) hasta los tres años de jubilado activo. Asimismo, la compatibilidad pasa a ser del 75% el cuarto año y del 100% a partir de los cinco años o más.
La polémica de los jubilados está al rojo vivo
En este contexto, la polémica de las pensiones de jubilados está servida. Solo queda esperar para ver hasta dónde llega la propuesta y el impacto que generará en los contribuyentes. Mientras tanto, aquellos que ya son pensionistas están atentos a los aumentos de este año.