El sector de la automoción está sufriendo grandes cambios en los últimos años, sobre todo en la forma en la que se presenta la movilidad, con un aumento en las ventas de vehículos híbridos o eléctricos y un panorama que pinta muy diferente para los próximos 10 años. Aunque parezca lo contrario, los coches del futuro no serán eléctricos, serán con agua, y ojo porque te mostramos los dos que ya circulan por España.
¿Cómo serán los coches del futuro?
Los grandes avances en las tecnologías, unido a la importancia de lograr una movilidad cero emisiones, hace que el sector automotriz esté en constante cambio, y los que dicen que serán los coches del futuro se están diseñando ahora con tecnologías disruptivas como el Internet de las Cosas (IoT), la Inteligencia Artificial (IA) y el big data. Todas estas tecnologías dan lugar a los diferentes Sistemas Inteligentes de Transporte, que tienen la capacidad de convertir los vehículos en coches inteligentes.
Según una normativa de la Unión Europea, a partir del año 2035 las marcas no podrán vender coches nuevos que no cumplan con el cero emisiones de CO2, por lo que a día de hoy los coches del futuro deberán ser eléctricos o de cualquier otro motor que no utilice combustibles fósiles.
Los coches de hidrógeno se presentan como los coches del futuro
Los coches de hidrógeno son a día de hoy una alternativa real y muy interesante a los vehículos de combustible fósil en España, y eso que actualmente tan sólo hay dos modelos a la venta en nuestro país. En el año 2022 se vendieron en España tan sólo 4 vehículos de hidrógeno, cifra que subió a 5 en el pasado 2023 y que en lo que llevamos de año ya se ha superado esa cifra, con la guerra entre Hyundai y Toyota y, de momento, victoria para la japonesa con cuatro unidades vendidas de su Mirai.
Conocidos también como los coches del futuro por el gran protagonismo que se supone que van a tener en el futuro, oficialmente se llaman FCEV (Fuell Cell Electric Vehicle), pero lo cierto es que prácticamente todo el mundo los llama coches de hidrógeno o coches de pila de combustible. Al igual que sucede con los coches eléctricos de batería, los de hidrógeno necesitan una mecánica únicamente eléctrica para funcionar, siendo la principal diferencia entre ambas opciones que los primeros necesitan conectarse a un enchufe para reponer la energía de sus baterías, mientras que los de hidrógeno recurren a la tecnología de pila de combustible.
Para que estos coches del futuro funcione es necesario un proceso químico denominado electrólisis y durante el que los elementos de un compuesto químico se separan por medio de la electricidad, cuando se ha un momento de reducción para liberar electrones y otro de oxidación para capturarlos. El hidrógeno se mezcla con oxígeno en la pila de combustible, lo que da lugar a electricidad y agua, una electricidad que se almacena en la batería y se utiliza para alimentar el motor, mientras que el agua se eliminará a través del tubo de escape en forma de vapor. Este proceso se lleva a cabo en uno o varios tanques que se suelen alojar bajo el maletero o bajo los asientos posteriores, depende del diseño del vehículo en cuestión.
El resultado de ese proceso da lugar a un vehículo cero emisiones que lo único que emite cuando circula es vapor de agua, nada contaminante ni un problema para nada ni nadie en su entorno. Las grandes ventajas de los coches de hidrógeno con respecto a los coches eléctricos es que su autonomía es superior y los tiempos de recarga son inferiores, teniendo como único inconveniente a simple vista que su precio de compra es elevado y que a día de hoy todavía hay muy pocas hidrogeneras (puntos para repostar).
Coches de hidrógeno que se pueden comprar en España
En este 2024 hay, de momento, tan sólo dos de estos coches del futuro que se pueden comprar en España, vehículos de hidrógeno que son el Hyundai NEXO, el primero que llegó a nuestro mercado, y el Toyota Mirai, una berlina que comercializa ya la segunda generación. El NEXO tiene un precio de salida de 73.450 euros, mientras que el Mirai parte de 75.600 euros.
Si quieres apostar por alguno de los coches del futuro para una movilidad más sostenible y adaptada a los cambios en el sector, no cabe duda de que tendrás que rascarte el bolsillo, pero merecerá la pena.